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Video guía de Japón #2 Akihabara
Todavía es pronto para cantar victoria, pero he tenido la suerte de conocer a Eriko y vivir una de esas carambolas que te hacen pensar que todo ocurre por alguna misteriosa razón. Eriko hace sus pinitos como modelo en Tokio y en un intento de ayudarme a encontrar trabajo le enseñó aquella peliculita que fue finalista en el MipTV en Cannes. Resulta, y aquí viene la (casi) serendipia, que su jefe estaba en Cannes en la misma sala donde proyectaron nuestra película ( había gente pero no demasiada, y en la ceremonia final sólo se proyectó la ganadora) le gustó mucho y me quiere presentar a gente que quizá puedan ofrecerme trabajo. Ayer mismo le enviamos bobina, portfolio, currículum, y se supone que esta semana se va reunir con alguien para hablarle de mí. A ver que pasa.
A raíz de esto, un par de días trabajando en mis videos y fotos sin parar, he podido terminar el segundo video de la guía de Tokio. Actualización: Ahora también puedes ver un video especial de la tienda Super Potato, haz click aquí
La explosión de colores en el otoño japonés
Soy yo quien cree -y quien asume la responsabilidad de tan herética opinión- que no hay en la superficie del planeta un espectáculo más delicado, más empapado en esprit de finesse ni más ignoto para quienes no sean nipones que el ofrecido por el país del sol levante en la tercera estación del año.
Fernando Sánchez-Dragó: El lugar más hermoso del mundo.
La verdad es que una vez te encuentras en Japón, especialmente en Kyoto o el área de Kansai, es difícil llevarle la contraria a Sánchez-Dragó.
Es posible que ver florecer a los cerezos ( Sakura ) en la llegada de la primavera (espero que pueda verlo) sea algo único, irrepetible y especial para los japoneses o cualquiera que se encuentre en Japón en esa época del año, pero ver el cambio radical de los árboles en otoño es algo que nunca había tenido ocasión de disfrutar anteriormente. Por supuesto que he visto otoños en diferentes ciudades y países pero nada comparado con la explosión de colores en frente tuyo cuando viajas estos días por Japón.
En Tokyo hay unos cuantos parques donde disfrutar de este cambio de tonalidades. Uno de ellos es el Shinjuku Gyoen ( podéis ver algunas fotos abajo). Como ocurre en algunos parques de la ciudad hay que pagar para entrar, pero una cifra relativamente simbólica, si no recuerdo mal 200 o 300 yen ( unos 2-3 euros). No emociona rascarse el bolsillo, pero la verdad es que mereció la pena.
En las fotos podéis ver algunas de las estampas que me he encontrado en mi viaje con el Japan Rail Pass ( en cuanto pueda subiré un video-diario del mismo). Nagoya y el valle de Kiso, Kyoto, Osaka, Kobe, Hiroshima, Miyajima y Shikoku.
Espero que os gusten.
Video guía de Japón #1 Asakusa
Después de quince días de silencio vuelvo con un proyectito que quería haber empezado mucho antes.
Se trata de unos pequeños cuadernos de viaje sobre diferentes puntos de Tokio o lugares que vaya visitando. He tardado mucho en publicar este video porque estas dos semanas he estado bastante ocupado intentando sobrevivir… enviando currículums a diestro siniestro, haciendo llamadas telefónicas y grabando y recopilando videos para utilizarlos más adelante. El video dura apenas 3 minutos y medio, pero la verdad es que tenía material para que durara mucho más. Creo que refleja más o menos bien lo que supone una visita al barrio de Asakusa, aún así me tenéis que disculpar por la mala calidad de mi locución (tanto técnica como artísticamente).
En fin, espero que os guste y que pronto pueda editar algún que otro video más.
Akihabara, el barrio más friki de Tokio
Una de las sorpresas que me he llevado al llegar a Tokio es que la ciudad es mucho más compleja de lo que parece desde fuera. Desde España se tiene una visión muy cosmopolita de Tokio, muy futurista, y aunque esto es innegable se limita únicamente a algunos barrios como Shinjuku, Shibuya, Akihabara u Odaiba.
El área metropolitana de Tokio es enorme, según la Wikipedia 34.5 millones de habitantes ( a diferencia de los 8 millones del centro de la ciudad) con lo que las diferencias entre algunos barrios son especialmente llamativas, en ocasiones incluso uno llega a pensar que está paseando por una ciudad diferente.
Akihabara, por el contrario no sorprende, estamos muy habituados a ver imágenes del barrio en el cine, anime o mangas, y es sin duda uno de los destinos preferidos por los turistas para hacerse con los últimos productos electrónicos lanzados en Japón o investigar en busca de tiendas frikis y bizarras, relacionadas o no, con el mundo del manga y los videojuegos.
Tokio es una ciudad que evoluciona rápidamente, posiblemente quienes estuvieron hace cinco o diez años, ahora se encontrarían con una ciudad diferente y por lo que he podido observar parece ser que Akihabara está cambiando.
Tokio según Vahid
Ayer quedé con Vahid, el tipo iraní que conocí el pasado viernes en Roppongi.
Nada más llegar, Yu y yo le estabamos esperando en una cafetería en Shibuya, en seguida nos percatamos que tenía una especial sensibilidad por los olores, y por supuesto por el tabaco ( más tarde evitaríamos a un personaje que según él olía muy mal, y esperaríamos a un segundo tren porque el anterior iba ligeramente lleno) con lo que cambiamos de cafetería en busca de otra libre de humos. Por cierto, en Japón, o al menos en Tokio está prohíbido fumar en la calle, aunque muchas veces se hace la vista gorda si se fuma en zonas donde no molesta a nadie.
Vahid resultó ser lo que parecía, un tipo alegre, encantador, con bastante genio y poca paciencia ( no dejó de contar anécdotas) pero con un concepto de la amistad y camadería muy profundo ( no obstante 23 años atrás, uno antes de llegar a Japón, era soldado profesional).
Nos habló sobre las diferencias del Japón actual ( en crisis ) con el Japón del boom de los 90 y rápidamente procedió a ponerme al día de cómo funcionan las cosas en esta ciudad/este país.
Los departamentos de inmigración son muy estrictos, y por mucho que la empresa reclame a un trabajador, éste, ha de resultar ser indispensable para el puesto, ya que el gobierno piensa que de otra forma, un japonés lo podría desempeñar. Por lo tanto para un español que quiera intentarlo está limitado a puestos profesionales muy técnicos y específicos o puestos en los que somos indiscutiblemente fundamentales, como personal para un restaurante español, profesor nativo de español, cantaor de flamenco y me vienen a la cabeza, torero, futbolista o parado ( que de esto sabemos mucho en nuestro país).
Los japoneses también pueden bailar
Ayer fui un día especial. Cansado de tomar metros innecesarios salí de casa decidido a llegar lo más lejos posible sin perderme ( sólo tuve que preguntar una vez a un amable abuelete que trabajaba en correos y tuvo la paciencia de aguantar mi japonés por entregas) , la verdad es que no hice un mal trabajo del todo, ya que llegué desde Shimomeguro hasta Roppongi (unos 5 kilómetros) para darme un garbeo por el barrio, incluyendo el Roppongi hills, el famoso Don Quijote, o algunas interesantes vistas de la Torre de Tokio.
Roppongi es posiblemente el barrio de Tokio donde se encuentran más extranjeros por metro cuadrado, posiblemente porque hay muchas multinacionales norteamericanas y europeas, embajadas y demás historias, y porque al final, la cabra siempre tira para el monte.
Don Quijote ( o Donki ), es una gran cadena de tiendas duty free donde puedes encontrar, en este caso en Roppongi, seis pisos incluyendo alimentación, electrónica de consumo, ropa y complementos, regalos o lo más curioso, ropa de marca de segunda mano ( vi, por ejemplo, una bolsa de Louis Vuitton por unos 1000 euros, un 30 por ciento menos de su precio). Curioso encontrarte cosas así después de estar flipando con artículos de coña unos pisos más abajo.
A la vuelta, como decía, pasé por Shibuya y conseguí alguna foto interesante como la de la chica y el policía. Os prometo que la cara de asco no va dedicada a mi persona, tengo más fotos que demuestran que la cara de asco viene de serie.
Un día en Odaiba
Ayer me levanté con ganas de marcha, con la moral reforzada gracias a los mapas que conseguí en la oficina de turismo del edificio del gobierno metropolitano de Tokio y decidí ir a pasar el día a Odaiba, la isla artificial.
Tenía mucha curiosidad por acercarme a esa zona, ya que, junto a la bahía de Tokio en su conjunto forma parte de nuestro imaginario colectivo. Cuantas veces la bahía de Tokio ha sufrido ataques de monstruos…
Tras un origen militar, Odaiba ( o simplemente Daiba ) fue reconcebida como una especie de punto de ocio para los tokiotas. Nada más llegar, tras coger el monorrail en la estación de Shimbashi ( el viaje cuesta poco más de 600 yenes ida y vuelta, unos 5 euros y medio) enseguida nos damos cuenta que es un destino elegido por un buen número de escuelas que llevan a sus niños ( y no tan niños) a conocer los estudios de televisión Fuji, el Miraikan ( el museo nacional de Ciencia e Investigación) o el museo de Ciencias Marítimas. Es divertido ver como llevan a los más pequeños en marcha militar y sonreir cuando los mayores intentan hacerse los duros desabrochándose la camisa al más puro estilo manga.
La visita a Fuji TV es gratuita ( excepto si quieres subir al mirador de la bola o entrar en algún museo específico) pero únicamente disfrutarán la visita los que conozcan los productos de esta televisión y por supuesto los seguidores de Dragon Ball y One Piece, las estrellas de la Fuji TV. En la tienda se puede comprar un montón de merchandising de las dos series ( como bolas de dragón de plástico, camisetas réplicas de las que llevan los personajes de los animes o curiosidades de otros programas de televisión). Si tenéis suerte podréis ver la grabación de algún programa desde unas ventanas que hay en los pasillos.
Volar a Tokio con Emirates desde Madrid
Por fin he llegado a Tokio, unas 16 horas después ( a las que hay que sumar las 4.30 de tren hasta Madrid). La verdad es que no he tenido mucho tiempo de ver la ciudad ( únicamente la zona de Meguro, donde estoy viviendo, y la zona de Shinjuku, donde trabaja Chihiro). De momento las impresiones bastante buenas, empezando por el vuelo a cargo de la compañía Emirates.
El precio razonablemente económico ( si lo reserváis con tiempo os sale por unos 700 euros ida y vuelta), la atención bastante buena y los vuelos sorprendentemente agradables. La oferta de Emirates arranca en Madrid y te lleva hasta Dubai ( con escala express de hora y media aproximadamente) para tomar un segundo vuelo destino a Narita. La verdad es que se agradece que no te hagan esperar 4-5 horas, más aún cuando estás viajando con cambios de husos horarios.
Salí de casa el martes con destino a Madrid, pasé la noche en un hostal del centro y la verdad es que no dormí demasiado. A la mañana siguiente me acerqué a Callao y me hice con un Japan Rail Pass, una especie de tarifa plana de trenes y ferris que puedes adquirir a distintos precios según la cantidad de días que una quiera viajar. Una vez en el avión, llevaba pastillas para dormir, me llevé la agradable sorpresa que cada asiento disponía de una pantalla de unas 10 pulgadas con diferentes canales donde poder ver películas como Predators, Robin Hood, Knight and Day, Toy Story 3 o última de la saga Crepúsculo, con lo que como os imaginais, al final no dormí y me pegué una panzada de películas ( casi 7 horas) y el viaje se me pasó volando (que gracioso soy a veces).




























