Clichés y primeras impresiones
Hace unos pocos meses un lector del blog me comentó que le parecería interesante que escribiera sobre como ha cambiado mi percepción sobre la cultura y sociedad japonesa desde que pisé por primera vez este país. Si todo era como me lo imaginaba o si la realidad era diferente.
Cuando uno llega a Japón por primera vez, de turista, con la mochila cargada de clichés e ideas preconcebidas, es tan grande el impacto y tan similar la imagen que recibimos con la que teníamos en la cabeza que no nos damos cuenta de que esto, en la mayoría de las ocasiones, no es más que una capa superficial. Ocurre en todas la culturas, pero quizá en la japonesa todo es mucho más significativo, ya que, como bien sabrás, lo que se dice y hace aquí no es siempre lo que se piensa.
Es por ello que el turista regresa a su país entusiasmado, cegado por tantas emociones y hace todavía más grande esta enorme bola de nieve. En dos semanas, un mes, es casi imposible, romper esta primera línea de defensa.
Japón es un país fascinante pero cuando llevas aquí un tiempo empiezas a entender (que no siempre compartir) ciertos comportamientos, y cosas que antes te parecían de otro mundo pasan a ser escenas cotidianas y no le das ninguna importancia.
Todo es tan honorable
No voy a negar ni discutir que en este país se tiene mucha consideración hacia los demás, que la gente, en general, se comporta siempre respetuosamente y que, por norma general, impera la honestidad. La prueba más palpable de esto es el hecho de que los japoneses son muy poco amigos de lo ajeno, y puedes vivir mucho más tranquilo que en otros países.
Ahora bien, no te vayas a pensar que España es el único país donde trabaja el lazarillo. Aquí se dan por supuesto cosas que en otros lugares serían impensables, y quizás debido a la confianza – o dejadez – de las personas, hay quien intenta sacar partido. Pienso por ejemplo en estrategias comerciales, como estúpidas revisiones domésticas cuyo único objetivo es preguntar si queremos instalar un nuevo servicio- seguro que más de una pareja de ancianos cae en la “trampa”-, seguros surrealistas que pagamos pero que no recibimos prácticamente nada a cambio, otros pagos absurdos a la hora de alquilar un piso, que si dinero para el dueño, dinero para limpieza que no tiene lugar, cambio de llaves que no se cambian y un largo etcétera.
Hace unos meses saltó la noticia de que una importante cadena de hoteles estaba dando gato por liebre. Ofertaba productos selectos a precio de oro cuando lo que realmente servían eran productos de baja calidad. Los responsables se disculparon- cosa que les honra y los diferencia de otros países- y un montón de empresas más se unieron al coro.
Seguro que estarás pensando, «ya, pero esto ocurre en todas partes». Exacto, aquí también.
Están locos estos japoneses
¿Japón es un país friki? Sí y no. No cabe duda de que Japón es un país especial, con comportamientos que nos resultan muy marcianos, con modas pasajeras estrambóticas, personalidades cuanto menos peculiares, y lo que más me gusta de todo, que la animación y los cómics están fuertemente integrados en la cultura popular.
Ahora bien, las noticias que se publican sobre tendencias japonesas suelen estar sacadas fuera de contexto. Muchas veces se habla en los blogs, revistas o incluso en informativos nacionales sobre tendencias muy extrañas. Suelen venir acompañados de textos como “El último grito en Japón” “La última moda en el país nipón” y de alguna imagen impactante. Normalmente, este tipo de cosas suelen ser proyectos fotográficos o artísticos o simple herramientas publicitarias que para nada reflejan un comportamiento social.
Que en Japón hay gente que está muy mal de lo suyo, no lo niego. Que las cosas más extrañas y estrambóticas (aunque minoritarias) son las que primero se difunden en el extranjero, es algo que tampoco se puede negar. Como ya he comentado en alguna otra ocasión, especialmente hablando de temas relacionados con el sexo o pornografía, tantos siglos de aislamiento y represión generan comportamientos «especiales».
Por otra parte se tiende a pensar que en Japón ser friki es algo respetable pero esto no es del todo cierto. He observado que ser «otaku» aquí está muy mal considerado y puede llegar a ser motivo de vergüenza si las aficiones se llevan demasiado lejos. Leer manga, ver anime o jugar a video-juegos es algo socialmente aceptable, eso no se puede negar, pero el estilo de vida «otaku» produce rechazo e incluso aprensión a muchos japoneses.
Los japoneses son bajitos y delgados
Si pedimos a un español (o de cualquier otro país) medio que nos dibuje una caricatura de un japonés, estoy completamente seguro de que plasmará sobre el papel la figura de un hombre menudo, sin vello corporal y muy delgado. Incluso turistas que pasan una semana o diez días en Tokyo vuelven a casa con esta impresión. No sé si es porque la vida en Tokyo es más exigente o porque sus ojos no están acostumbrados.
Esta descripción física, hace unos años funcionaría a la perfección, pero de un tiempo a esta parte, se han producido cambios en esta sociedad y esto no es totalmente cierto. Es verdad que la estatura media de los japoneses sigue estando por debajo de la española pero quizás por los cambios en la alimentación, se han ido acercando con el paso de los años y ese contraste no es tan grande, al menos si nos comparamos con la gente joven. Por otra parte, y posiblemente poniendo como ejemplo una ciudad como Osaka, que como sabes disfruta de la comida, he de decir que lo de que los japoneses están todos delgados no funciona aquí. Es cierto que en muchos casos no es tan evidente como sucedería en España u otros países, debido a su propio físico, pero si prestamos un poco de atención nos daremos cuenta que muchos están por encima de su peso ideal.
De otros clichés físicos no hablo porque no me dedico a mirar entrepiernas en los baños públicos…
Original e innovador
Según el diccionario de la R.A.E la palabra original viene a significar que tiene, en sí o en sus obras o comportamiento, carácter de novedad.
Siempre he pensado que Japón es un país muy original, y en cierta forma mantengo esta opinión, pero con casi dos años a mis espaldas me he dado cuenta de que esto es muy relativo.
Al igual que ocurre en muchas otras situaciones, Japón es un país de extremos. Aquí podemos encontrar artistas muy originales e ideas innovadoras pero junto a estos y éstas hemos de vivir rodeado de ideas y fórmulas que se repiten hasta la saciedad. Si algo tiene el país nipón es que es un país conservador, y explota las ideas que funcionan hasta que ya no les pueden sacar más jugo. Esto se aplica a todos los campos creativos: anuncios de televisión, manga y anime, cine, marketing, música…
Uno de mis grandes desencantos ha sido con la televisión (gratuita). TODOS los días lo mismo, japoneses comiendo por aquí, japoneses comiendo por allá. Al principio tiene gracia pero yo al menos, he terminado asqueado con contenidos tan similares.
Te puede gustar mucho esta cultura, pero si analizas las cosas fríamente te darás cuenta de que aquí los cambios se introducen muy lentamente y de que Japón es muy poco original en el fondo.
Un país caro

Sembikiya ¿la frutería más cara del mundo?
Siempre se ha dicho que éste es un país caro y de hecho mucha gente que no vive aquí lo sigue pensando. En parte no les falta razón porque cuando Japón quiere ser caro, es muy caro. Por mi experiencia, yo pienso que Japón es caro o barato según la situación personal de cada uno. A mi no me resulta especialmente caro.
Me explico. Si vives en Tokyo en un barrio relativamente céntrico, pagarás una cantidad alta por tu alquiler, los supermercados tendrán precios más altos y es probable que incluso tengas que pagar más impuestos o dispongas de menos ayudas oficiales. Si además trabajas a tiempo parcial (arubaito) y has de pagarte tu seguro médico o directamente no tienes, puede darse el caso de que vivir en este país se convierta en una verdadera pesadilla. Ahora bien, si vives en una ciudad más económica como es Osaka, ahorrarás dinero en alquileres, los supermercados serán mucho más baratos y si además tienes la suerte de trabajar a tiempo completo, pagarás más impuestos sí, pero estarás cubierto sanitariamente. Yo aquí tengo un sueldo medio – algunos meses se convierte en medio-alto gracias a las traducciones de videojuegos- , pero que me da para ahorrar bastante. En España con un sueldo medio has de sudar tinta para ir tirando mes a mes.
Mucha gente aquí dice que no tiene dinero, que si la crisis aprieta, pero aquí la máquina del dinero no para de moverse. La gente gasta mucho y ahorra también mucho.
Extranjeros sí, extranjeros no

Desafortunado anuncio de Toshiba que rápidamente retiraron
Decir que este país es racista sería un poco atrevido, pero es innegable que el país nipón es xenófobo en muchos aspectos. Que conste que utilizo la palabra con su significado etimológico, del griego ξενός xeno = extranjero y φοβία fobia = temor.
Algo que está fuera de toda duda es que el sistema político de este país- que representa de forma democrática a la mayoría de la población- tiene miedo de los extranjeros, miedo de introducirlos en su sociedad y que provoquen cambios para los que no están preparados. Les asustan que sus bajas cifras de delincuencia puedan subir con la llegada de ciudadanos de otras culturas y les preocupa como será su adaptación e integración en su sistema. Mira si están asustados que esto les causa mucha más “preocupación” (buscar sinónimo) que los bajos índices de natalidad o la necesidad de mano de obra para trabajos “duros” – ambos problemas se solucionarían abriendo un poco más las fronteras- y es por ello que buscan soluciones tecnológicas- introducir robots domésticos- para conseguir que todo siga igual. Echad un vistazo al post que mi colega Edu dedica al proyecto Innovation 25, explicando en que consisten estas medidas futuristas.
Yo sinceramente no detecto racismo en la calle, salvo por parte de algunos grupos políticos o abuelos cascarrabias, y más allá de encontrarme diariamente a gente que evita cualquier contacto directo conmigo. Una vez más por “miedo”, temor al que se me ocurra preguntarles alguna cosa y no sean capaz de entenderme, preocupación por que venga algún elemento externo y les saque de su rutina, siendo incapaces de reaccionar ante lo nuevo.
El racismo o xenofobia más evidente, sí que me la encuentro en la burocracia y política, por los motivos que he comentado anteriormente. Gestiones que no puedo realizar si no es mediante un ciudadano japonés, derechos civiles que son diferentes, el tema de la tarjeta de extranjero (“alien card”) y cosas así que me cabrean sobremanera.
La vida es dura
Otra de las cosas que se dicen de este país es que la vida aquí es muy dura, que se trabaja muchísimo. Para muchas personas esto será así pero para mí es todo lo contrario.
A día de hoy mi vida es muy cómoda, quizás es el momento profesional de mi vida que menos estoy trabajando- contabilizando esto en horas de trabajo- y recibiendo más a cambio. Es verdad que tomo trenes a diario, que se me van horas en ellos todas las semanas, pero como en estos pequeños viajes me dedico a leer o escuchar podcasts, lo considero casi como tiempo libre. Una vez en el trabajo – que me supone unos 18-20 días al mes- prácticamente nunca paso más de 5 horas al día en las escuelas.
Voy a la oficina dos veces al mes, y casi siempre termino mi trabajo dos o tres horas antes de que termine la jornada y soy testigo del tiempo que se pierde porque no hay nada más que hacer. Me comentan también conocidos que trabajan o investigan en laboratorios de lo poco que se trabaja y del tiempo que se pierde- incluso gente durmiendo en sus puestos de trabajo.
Ya te comenté hace un tiempo sobre las excusas que se dicen para no ir a la oficina, en la mía mismo, uno de los responsables tiene fiebre al menos una vez por semana y cuando comento a alguna compañera irónicamente “este chico últimamente no se encuentra bien” me contestan sonriendo pero dejando correr un tupido velo. Es lo normal.
Buen post, en un tiempo también colgare el mío, pero seguro se asemejara a este,esta clarísimo, que los extranjeros en Japón y sobre todos hispanos tenemos los mismos pensamientos.
¡Gracias! Me alegra leer tu comentario y saber que hay más gente en sintonía 😀
Gran post David, me ha sorprendido al verlo y me alegro de que leas y escuches nuestras sugerencias. Gracias por tus posts que nos dan un punto de vista mas cercano a la realidad de Japón, sigue haciéndolo así de bien que tus lectores te esperamos con entusiasmo.
Un saludo
¡Gracias Óscar! Me alegro de que te haya gustado. Faltaría más, las ideas interesantes son bienvenidas 😀
Saludos
Buen buen post.
…la televisión (que si no le abres la puerta al de NHK es gratuita XD).
Jeje, gracias 😀
Jo jo JO =D me ha gustado lo de «sobre otros clichés no me ando fijando en entrepiernas en los sanitarios» ja ja, mas vale hermano, mas se vale..buen post.
Jeje, gracias Rubén 🙂
Muy buena reflexión y gran artículo.
Yo llevo viviendo año y medio en Tokyo y aún me falta un poco más para poder reflejar mi opinión en mi blog, pero seguro que cuando lo haga tendrá bastantes puntos en común con tu entrada 😉
Muchas gracias 🙂 Yo no llevo mucho más tiempo que tú viviendo por aquí y seguro que meto la pata más de una vez, pero bueno, las impresiones de cada uno no dejan de ser eso, sensaciones subjetivas…
Saludos
Lo primero, felicitarte por tu Blog, es de lo mejor que hay. Lo siento pero te voy a meter una chapa de comentario terrible, jaja. Me ha gustado esta entrada precisamente porque en marzo fui a Japón por primera vez, un viaje de un mes y la verdad es que pude darme cuenta en seguida de que no es todo como uno creía antes de viajar. Es cierto que uno participa de una visión idealizada e incluso me atrevería a decir romántica de lo que es Japón, imagen que se resquebraja cuando uno viaja por primera vez. No digo que sea malo, simplemente, disonante con una idealización. Yo no sabía qué pensar de lo que estaba viendo, después de tantos años de idealización y darse un varapalo con la realidad. Ojo, reitero que no es que no me gustase, sino que era diferente a lo que me esperaba. Además, creo que lo que Japón puede ofrecer a la persona que lo visita es directamente proporcional al japonés que uno sabe. El turista que no sabe nada de japonés se pierde muchísimo de lo que se le puede ofrecer si puede comunicarse en mayor o menor media con ellos, ya que por las barreras idiomáticas y la tendencia local al no buen uso de la lengua de Shakespeare (lengua vehicular de nuestros tiempos) uno no puede disfrutar lo mismo, o esa fue mi opinión. Yo algo sé y por poder hablar algo noté la diferencia. Quizás al turista que no puede relacionarse a ese nivel le cueste más ver fuera de la caverna, pues su interacción con la sociedad nipona es diferente.
Coincido con lo de la altura de los japoneses, para nada bajitos (aunque ellas sí), vi mucha gente más alta que yo. Y me sorprendió la cantidad de obesos que hay en Osaka comparado con otros puntos del país donde es más complicado ver a alguien con kilos de más. Debe ser su carácter más abierto y campechano que les lleva a que les importe bien poco. Lo de tener más espacio personal en Japón por un lado está bien pero socialmente puede llegar a ser peligroso, no entraré en detalles pero vi gente siendo violentada o en apuros y absolutamente nadie se inmiscuía y al hacerlo yo o gente conocida no recibimos sino malas miradas por «metidos». La gente es tremendamente amable pero realmente muchos pecan de falsa simpatía u honestidad, uno nunca sabe, pero el trato es muy gentil y eso gusta, ciertamente, quizás esa gentileza se vea reflejada cuando uno, a pesar de pedir algo en japonés es contestado en inglés, no sé si lo hacen queriendo adaptarse al posible idioma del interlocutor en un acto de empatía o qué, jaja.
A cerca de los precios y eso pienso que no es tan caro, uno tiene que saber manejarse bien para comprar lo que más se ajuste a su bolsillo. Los sueldos deben estar bien para vivir, porque la gente está absolutamente comprando todo el día, el consumismo es inaudito.
Lo del racismo o xenofobia es un tema delicado, uno nota que lo tratan diferente, y eso puede llegar a molestar, he estado en muchos países y jamás me he sentido con ese sentimiento que sentí estando en japón. Varias veces noté que mi presencia le era incómoda a gente en lugares públicos y más de una vez no hacían esfuerzo alguno para disimularlo, es más, me han hecho algún desprecio que otro, pero siempre por parte de hombres, nunca de mujeres. Curioso.
El estilo de vida japonés es muy particular y entiendo que tengan temor a que desde fuera se intente cambiar, creo que está relativamente justificado porque hay muchas cosas de la cultura local que no le agrada al inmigrante, sólo hay que ponerse a hablar con la gente (vi que había muchísimos australianos y que en general eran más reticentes a aceptar el modo de vida nipón) y si estuviese en su mano, cambiaría, cosa que creo no tiene derecho a hacer. Pero es bastante exagerada sus políticas migratorias.
Otra cosa en la que se notó muchísimo fue en el tema del 風俗 (Fuuzoku). Yo sabía que no aceptaban extranjeros en prácticamente ningún sitio y fui con un chico japonés a ver cómo me rechazaban. Las excusas y las caras de los que atenían la entrada eran al verme de lo más variopintas a la par que inconsistentes y a pesar de ser refutadas in situ la respuesta seguía siendo que no a la entrada, sistemáticamente, demostrando que la excusa oficial era una mera patraña. Simplemente el extranjero no es bienvenido. Mi amigo se ofendió mucho por tal actitud, a lo cual él mismo dijo avergonzado que Japón todavía sigue siendo en muchos sentidos 鎖国 (Sakoku), un país cerrado.
Y bueno simplemente quería comentar mis impresiones relacionadas con la entrada pues me ha parecido muy interesante y me he sentido identificado en el contraste entre lo que uno espera o cree y luego lo que resulta ser. Aún así, el país me encanta y no veo el momento de volver
Ánimo con el Blog, sigue así! saludos.
Muchas gracias por el cumplido y por currarte un comentario tan interesante y trabajado 😉
Con comentarios así da gusto 😀 Totalmente de acuerdo con lo que mencionas
Saludos.
Muy buen post, explicando cosas en base a tu experiencia y dando caña a los sensacionalistas.
El año pasado viajé a Japón por primera vez y aunque mi estancia no fue muy larga, me valió para darme aún más cuenta de las cosas que había leído y me habían contado que realmente eran ciertas. No iba por el morbo exótico, sino porque me apasiona su cultura, por lo que varias de las cosas que se dicen sobre esa tierra y su gente ya las tenía dentro del saco de las rarezas y no de la norma, pero hay otras que sí me sorprendieron como el que todos los trabajadores de oficina parece que vayan de uniforme o que uno encuentre papeleras solo junto a máquinas de bebidas y poco más.
Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado 🙂
Totalmente cierto lo de las papeleras, y de hecho, esas papeleras que comentas suelen ser sólo para botellas o latas, si quieres desechar basura orgánica es una verdadera pesadilla. Si tienes suerte habrá alguna konbini cerca, pero poco más…
Con todo respeto David, este es el post mas interesantisimo que he leído en tu blog, y no son pocos las entradas que me han resultado interesantes. Pero este me ha gustado más. Bueno, todos somos humanos y no somos perfectos y pues los japoneses también, me gustaría viajar algún día a Japón y comprobar no solo las cosas buenas sino también las «malas». Solo un punto adicional, creo que también puede influir mucho la conducta de uno como extranjero porque hay extranjeros que pueden ir condicionado y creer que su país, costumbres e ideas son mejores y querer ningunear a los japoneses que lo notaran.
Me alegro de que te haya gustado tanto 🙂 Gracias por aportar con tu comentario