La roca que abrió el cielo
Dice la leyenda que Yoshitsune Minamoto, uno de los más celebres y temibles guerreros samurai de la historia del Japón, huía hacia Oshu cuando empezó a llover violentemente. No iba solo, le acompañaba su fiel vasallo Benkei, con el que compartía una férrea y apasionada amistad. Lo cierto es que esto no fue siempre así.
Años atrás, durante las guerras Genpei, Minamoto se tropezó con un extraño monje sôhei. Alto, fuerte y sorprendentemente rudo para un hombre de su condición.
Seguramente, el valiente samurai nunca hubiera perdido un minuto en semejante espectáculo, tenía en su cabeza cientos de preocupaciones y no necesitaba una más, pero el destino quiso que estos dos hombres cruzaran más que palabras.
La multitud se amontonaba en las cercanías del puente Gojo en Kyoto viendo, atónitos, como aquel monje desafiaba a todo aquel que se atreviese a cruzar el punte. Nadie sabía con certeza cuando había comenzado tal campaña pero de lo que no había ninguna duda era que junto a él descansaban 999 espadas, una por cada oponente que había batido en duelo.
Minamoto miró a sus compañeros y tras una muestra de aprobación, se apeó del caballo. El puente estaba en la ruta del regimiento.

Minamoto & Benkei
En menos de un suspiro el monje ya había desenvainado su katana ante la sorpresa del samurai. Su fuerza era realmente algo de otro mundo y esa primera embestida casi le cuesta la vida a Minamoto. El sonido del impacto de las katanas era atronador, el monje sonreía y el samurai disfrutaba cada segundo.
Finalmente Yoshitsune Minamoto, con gran habilidad fintó hacia su derecha y dejó vendido al monje, que vio como la espada de su rival le relamía el cuello. El combate había terminado.
Benkei asumió su derrota, se arrodilló ante Minamoto y pidió que le aceptara como guerrero y compañero. Esa espada número mil, que nunca consiguió, lucharía junto a él en incontables batallas.
Precisamente una de esas batallas fue la que les llevó a una playa totalmente desconocida, al norte de Gifu, donde las opciones para refugiarse, eran prácticamente inexistentes.
No había tiempo que perder, pero este tifón realmente complicaba las cosas.
A pocos metros de la costa, en el mar, Benkei vio una gran roca. Con un simple gesto exhortó a su compañero y se dirigieron hacia ella.
El monje tenía un plan.
Desenvainó su katana, la alzó al cielo y asaltó la dura piedra. Bastaron menos de siete estocadas para crear una pequeña gruta donde resguardarse de la lluvia.
Saitō Musashibō Benkei tendió la mano a su amigo, que consiguió subirse al improvisado refugio. Aún no había dado dos pasos cuando, misteriosamente, dejó de llover.
A pocos metros de allí, un temeroso pescador, reconoció al famoso general Minamoto y, todavía impresionado por la escena de la que había sido testigo corrió hacia su pueblo y contó la historia.
El otro día estuve allí.
La playa ya tiene nombre, Amaharashi «el cielo se aclara» y la roca de Minamoto – Yoshitsune iwa – todavía sigue en pie, majestuosa.
Yo no la pisé, pero cuando llegamos a la playa llovía y a los diez minutos paró.
Pudimos disfrutar de los rayos del sol…
Localización de la estación más cercana:
Las leyendas, residuos de la cultura antigua de los pueblos, me encantan, de todos tipos y lugares.
Genial entrada.
Gracias Salva, la he escrito con muchas ganas ^^
esto es el japon verdadero, esas leyendas que van pasando, esos lugares únicos que te pueden contar tantas historias, creo que tardarias años en recorrer todos los lugares asi en japon 😀
eso es lo interesante de la antropología, que en todas las culturas encontramos esta riqueza…
Me encantan las leyendas japonesas, y tal y como la has escrito está perfecta. Me he introducido de lleno en la historia, por un momento me he visto como si estuviese dentro, es muy envolvente. Por otro lado, el paisaje es precioso, Japón tiene muchos lugares que visitar, pero aún trengo todo el tiempo del mundo.
¡Un saludo!
http://www.delicias-boca.com
http://www.operacionjapon.net
Me alegro de que te haya gustado Xabier 🙂
Quería escribir algo sobre este pequeño punto turístico y pensé que la mejor forma era mediante la sugestión. Creo que un par de fotografías y una leyenda es una buena combinación ^^
Interesante historia, me ha gustado mucho.
Gracias, me alegro de que te haya gustado ^^
Hace cosa de un año me topé con un libro donde te narra la vida de Minamoto desde su nacimiento hasta su trágico final. No recuerde el nombre exactamente pero me pareció fascinante. Me ha gustado encontrarme con esta entrada porque precisamente en la novela se menciona todos y cada uno de los acontecimientos y personajes que aparecen aquí. Como ya digo me ha gustado muchísimo. Sigue así.
Gracias Sandra, me alegro de que te haya gustado. Es un post un poco diferente a lo que suelo hacer normalmente… Me apetecía hablar un poco sobre este lugar y no sabía como abordarlo. Al final pensé que lo más interesante era hablar en clave mítica y conectar el mito con la realidad.
Saludos y gracias por comentar 😉