Lo primero que te viene a la cabeza cuando lees Black Thunder – Trueno Negro, es o bien un helicóptero de combate o bien una película pornográfica de los 70.

Esa es la magia del merchandising japonés. Despierta nuestra imaginación.

La realidad es mucho más dulce e inocente, ya que Black Thunder (ブラックサンダー Burakku Sandā) no es más que una pequeña barra de chocolate rompe precios muy popular en la konbinis de todo el país, y desde hace unos meses, mi dulce de chocolate favorito con permiso de las galletas que mencione aquí.

Su precio, como comentaba antes, es muy bajo – entre 30 y 32 yenes (24 céntimos de euro) la versión tradicional y unos 50 yenes (37 céntimos) la versión grande y eso es sin dudad una de las razones de su éxito.

Leí en alguna parte que era imposible olvidarse de la primera vez en probar esta chocolatina y supongo que será por este nombre tan kitsch pero le doy la razón a quien lo dijo. No ha pasado mucho tiempo, es verdad, pero me acuerdo perfectamente de esa noche hace unos meses, cuando una amiga de mi mujer se quedaba a dormir en casa. Venían las dos de cenar por ahí y nada más entrar por la puerta de casa, Asami me dijo. Miki te ha traído un omiyage– sabrás de sobra lo que es si viste el video de los depachika.

Recuerdo lo que me dijo al enseñarme el paquetito. Has probado el Black Thunder ¿verdad?. Dios me libre, ¡no! Respondí, pensando como había sido capaz de ignorarlo. Era la barra grande y me gustó su sabor. La mezcla de texturas – suena gafapástico y pedante pero es verdad- que aportaba los trozos de galleta de chocolate, los copos de arroz inflado y el chocolate negro amargo, me recordaba a algún dulce similar que había probado en mis tiempos mozos. Todavía no he desvelado el misterio.

Miki trajo más cosas- un omiyage de 50 yenes no es la mejor carta de presentación- pero, y aquí llega el misterio- no recuerdo absolutamente nada más, únicamente el trueno negro…

Hace un mes fue mi cumpleaños, y uno de esos regalos sin importancia, pero que al final se quedan en la memoria, fue una caja de 30 unidades de Black Thunder, pero en versión chocolate blanco – mi favorita, siempre. Todavía me quedan unos cuantos, intento no abusar y picar de vez en cuando. Dosificando.

Mira si tienen éxito los dulces de Yuraku- la empresa que los fabrica- que incluso cuenta con la versión helado que me encontré el otro día en un 7 Eleven. Veníamos de comer en un restaurante coreano, y como buen español que soy, necesito terminar cada comida con algo dulce o reviento. Cual fue mi sorpresa cuando me encontré con esto en el frigorífico de la konbini.

No estuvo mal. Un poco pesado para mi gusto, pero sin duda, muy similar al producto original. No recuerdo muy bien el precio pero creo que fueron unos 128 yenes o algo así (un euro aproximadamente).

Existe también la versión manjū- dulce tradicional de origen chino, pero todavía no he tenido el gusto de probarlo. También hay «ediciones» especiales que aparecen de vez en cuando que siguen un poco la línea de estos manjū.

La próxima vez que vengas a Japón y entres en una konbini, échale mano a un Black Thunder, seguro que de entre todas las guarrerías que probarás, cuando pienses en esta te acordarás de lo que hiciste antes y después de comerla…