Caminando por cualquier ciudad japonesa uno se encuentra con cosas de lo más curiosas.

La gente aquí se apasiona por todo lo que hace. Los trabajadores intentan siempre dar lo máximo, no es raro ver a vendedores corriendo por los pasillos de cualquier centro comercial, cuando lo cierto es que no hace ninguna falta, y los aficionados a cualquier temática llevan siempre sus aficiones hasta límites insospechados.

En los parques puedes ver a gente practicando todo tipo de cosas: ensayando coreografías imitando a sus ídolos, futuros barman lanzando botellas al aire, aspirantes a cómicos que practican sus números en un teatro invisible, trucos de magia, habilidades deportivas. Todo esto practicado una y otra vez, hasta adquirir un dominio absoluto o estar preparado para llevarlo a un siguiente nivel.

Tampoco es raro ver a gente en los salones recreativos mostrando sus habilidades ¿Os acordáis de este tío que aporreaba los botones de la recreativa increíblemente rápido? (minuto 02.19 del video). Basta con acercarte un sábado o domingo por la tarde a cualquiera de los diferentes Game Center para alucinar con la habilidad que tiene la gente para tocar los tambores, sincronizar los movimientos o incluso bailar. El otro día mismo vimos una pareja de escolares que «jugaban» a dobles en una de estas máquinas de bailar, bajo la atenta mirada de unas quince o veinte personas.

Pues bien, el pasado 23 de diciembre, haciendo las últimas compras navideñas en Umeda nos encontramos con una graciosa estampa.

Se me pasó comentar en el video explicativo navideño, que aquí en Japón, es tradición que las chicas se vistan de Santa Claus (eso sí que lo comenté) y que los chicos se disfracen de reno. No lo hace todo el mundo, claro, pero los días previos a Navidad son muchas las parejas que se divierten de esta forma. También las empresas utilizan estos disfraces a modo de reclamo, promocionando restaurantes o tiendas.

Cerca de la estación de Osaka, en la entrada de uno de estos Game Center, se había hecho un corrillo espontáneo de gente, y curioso que soy metí la cabeza.

Una solitaria máquina de baile estaba siendo utilizada por un tío disfrazado de reno que sin ningún pudor estaba dedicando unos pasos de baile al personal allí presente.

Mi primera impresión fue que se trataba de uno de estos reclamos publicitarios, pero al final resultó ser un friki de calle que nos «deleitó» con su interpretación.

No estoy seguro si era o no otaku, pero nunca deja de sorprenderme ver como gente que suele ser vergonzosa y con escasas habilidades sociales, no tiene ninguna vergüenza para hacer este tipo de cosas…

¡Dentro video!

Ilustración de portada de Yukia.org
Foto cosplay de blog.livedoor.jp/clip_elm/
Video grabado con mi iPhone 4