En menos de 24 horas estaremos volando ya lejos de España.

Miro alrededor y veo una maleta abierta que casi desborda, y la revista Fotogramas de este mes. Posiblemente la penúltima que coleccionaré. Conservo todas desde 1998.

Nunca me he sentido demasiado español, y no estoy hablando de política (que me trae absolutamente sin cuidado), sino de la cultura. Odio el ruido y la gente maleducada, aborrezco los cotilleos y la prensa rosa, y nunca me ha entusiasmado demasiado la fiesta. Ojo, me gusta pasármelo bien, pero nunca he sido de verbenas, ni de fiestas populares ni de discotecas, y para colmo no me gusta  la cerveza.

Sí que me gusta el fútbol, y echaré de menos ver los partidos del Valencia, aunque cada vez los televisaban menos. Por supuesto, echaré en falta la comida española, la familia, los amigos y a nuestro perro, que tanto cariño le tengo. Ah y mi coche, que justo el mes pasado pagué su última letra. Manda narices, cuando por fin es mío (y no del banco), me voy.

En el tiempo que esté fuera de casa, tampoco echaré de menos a docenas de políticos idiotas, que nunca se han planteado que las gilipolleces que sueltan por televisión nos afectan a todos de una forma u otra. Eternos diálogos de besugos y pataletas, que no sólo no ayudan a mejorar el país sino que nos vuelven a todos un poquito más gilipollas.

No sé cuanto tiempo estaremos fuera, un año, dos años, más tiempo…

Quién sabe si de Japón saltaremos a otro país o si definitivamente echaremos raíces allá.

Veo difícil volver a España a vivir porque es un país que trata muy mal a los profesionales, especialmente a los que viven de la imagen o del audiovisual en general, y para mí, el trabajo y mi carrera son demasiado importantes para dejarlos en manos de gente que no los valora.

Por otra parte estoy muy contento de como está funcionando el blog.

Todo aquel o aquella que mueve un blog, un podcast, un canal en Youtube, un club, asociación sin ánimo de lucro, sabe lo difícil que es mantenerlo con vida.

Cuando realizas una actividad de forma altruísta tienes que dejar de lado muchas cosas que te gustaría hacer. No hay tiempo para todo y si quieres que tu proyecto luzca bien has de descartar. Por ejemplo, durante muchos años he intentado ver una película diaria, o al menos unas cuantas a la semana, y eso es algo que ahora no puedo permitirme.

Lo curioso del asunto es que prácticamente estoy tirando de anécdotas, de experiencias pasadas y de imágenes que tomé hace casi dos años. Y parece ser que os está gustando. Los comentarios que recibo me ilusionan y me animan a ofrecer algo todavía más completo e interesante. Estoy convencido que una vez asentado en Japón, el blog subirá un nivel más. Ya tengo varios proyectos en mente, alguno de ellos bastante ambicioso, que espero poder desarrollar en los próximos meses.

Sin más me despido. La próxima vez que suba alguna entrada al blog será desde Kobe. Aunque las primeras semanas es probable que no tenga internet en casa (hasta que encontremos apartamento y contratemos el servicio) me las apañaré para ir contando mis tonterías en algún manga-café o café con wi-fi.

Nos leemos pronto. ¡Gracias a todos por leer y por comentar!