¿Por qué me gustan los doramas si soy alérgico a las series españolas?
Dorama: Conversión “natural” de la palabra Drama al japonés (tiene un silabario especial, el Katakana, para convertir palabras de otros idiomas).
Actualmente esta palabra se asocia a cualquier tipo de serie de televisión japonesa, sea o no de contenido drámatico, y parece mentira, pero a nivel formal, las series japonesas no están tan lejos de las españolas.
Se emiten en temporadas de 3 meses, un episodio semanal ( si hablamos de los doramas emitidos en “prime time”, horario nocturno). Suelen ser series cerradas entre 9 y 12 episodios, pero abiertas a un posible epílogo (episodio especial) si la serie triunfa o a posibles continuaciones ( no es lo más normal).
Muchas de ellas son adaptaciones de mangas o de películas japonesas de éxito, con lo que no es raro encontrarse con todo tipo de temáticas.
Las series españolas tienen un formato de duración muy particular (condicionado por el cambio de reglamentación en la publicidad) , los episodios se estiran hasta la hora y media, con tal de poder introducir más bloques publicitarios. Esto, en Japón, al igual que en EEUU no ocurre, los episodios duran siempre unos 45 minutos, excepto el primero ( que es doble), dejando 15 minutos libres para la explotación publicitaria (segmentos de una hora de duración).
Al igual que nuestras series, los episodios no son autoconclusivos, siguen la línea de los seriales y novelas, y dejan la trama abierta, permitiendo rizar el rizo mucho más, explorando las relaciones de los diferentes personajes.
Otra de las similitudes con nuestro producto patrio es el poco esmero con que se trata a la imagen. Técnicamente correctos pero artísticamente poco interesantes ( en su mayoría), en parte limitados por su proceso de producción, ya que los episodios se graban un par de semanas antes de su emisión, en parte por el propio espíritu de serial. De la misma forma que observamos en nuestro país, muchas de las series (salvo honrosas excepciones) parecen sacados del mismo molde (visualmente hablando).
Las diferentes televisiones japonesas NHK, TV Asahi, TBS, Fuji TV, se reparten la tarta, especializándose en distintas temáticas.
Desde su origen en los años 80 ( lo que entendemos a día de hoy) , el dorama ha ido reflejando las preocupaciones de la sociedad japonesa: la violencia juvenil, el maltrato infantil, la inserción laboral de la mujer, la violación, el suicidio adolescente, las relaciones entre diferentes clases sociales… Lo que me parece interesante en relación a nuestras series es que no sólo se limita a exponer el problema sino que intenta buscar soluciones y ofrece un mensaje optimista y esperanzador, que se resume en que todo se puede conseguir con esfuerzo y dedicación, valores tan fuertemente arraigados en la cultura japonesa.
Me pregunto si este tipo de producto moralizador sería posible en un país como el nuestro. Ha quedado claro que los experimentos (intentos de popularizar el formato sitcom de 20 minutos) han fracasado estrepitosamente ( excepto quizás, el formato Cámera Café que trajeron de Francia) y parece ser que los guionistas tienen el concepto sensacionalismo demasiado integrado en sus neuronas.
Todos sabemos que la educación en España es un problema, y que los niños cada vez son menos niños, pero ¿por qué nos empeñamos en ofrecer modelos nefastos?
Ojo, no estoy comparando modelos ni sociedades, en Japón también tienen lo suyo, de lo que estoy hablando es de la responsabilidad social de los medios de comunicación, responsabilidad que contempla el fomento de ideales morales, culturales, sociales y éticos, que en mi opinión, brillan por su ausencia.
En todas partes cuecen habas, pero se ve que en Japón son más dulces…
Cuando esté allí, investigaré más sobre el tema.
Si te interesa:
El acoso escolar y el suicidio infantil: Life
La mujer y el trabajo: Yama onna, kabe onna: Mujer montaña, mujer pared ( referido al tamaño del pecho).
Lucha contra las enfermedades: Un litro de lágrimas
Amor entre clases: Hana yori Yango (No me lo digas con flores o Chicos antes que flores)
Violación y conflictos adolescentes: Koizora
Embarazo precoz: Una madre de 14 años
Investigación policial: Mr. Brain
Música: Nodame Cantabile
Superación y frikismo: Densha Otoko
Mi primer doramo fue Densha Otoko y despues de ese he visto algunos más. No soy un gran fan pero si que de vez en cuando busco alguno dorama para ver. Quizas lo que más me atrajo de estas series es la diferencia de tematicas respecto a las series que vemos en España, ya sean nacionales o internacionales. Y sobre todo, la capacidad que tienen los japoneses para darles un final agridulce. Nunca sabes si el final de la serie es triste o de comer perdices. Tienen la extraña capacidad de hacer llorar y reir a la vez pero siempre con un toque de optimismo.
Vaya qué casualidad! mi primer dorama también fue Densha Otoko, no soy tampoco un «otaku» de los doramas pero me venían muy bien cuando empecé a estudiar japonés. Sí toda la razón, igual ries que lloras, muchas veces me sorprendía a mi mismo soltando unas lágrimas con temáticas muy poco propias de un chicarrón mediterráneo como yo lol
Me he sentido totalmente identificada con el título del post :D. No me gustan las series españolas, y a muchos actores españoles me cuesta entenderlos cuando hablan de lo mal que vocalizan… En cambio me encantan los doramas, y me sorprende ver el público tan amplio, aunque underground, que tienen en España.
El que a muchos nos gusten más los doramas creo que se debe a varios motivos. Primero, que la temática de los doramas es bastante variada, hay mucha «ciencia ficción» mezclada con comedia (Sushi Oji, Zettai Kareshi, My boss my hero), alejándose mucho de los cánones de series españolas. Los doramas tienen argumentos que no me imagino ni de lejos en las series occidentales.
Otro elemento es que las relaciones románticas que describen son completamente diferentes al mundo occidental, a mí me recuerdan a las relaciones románticas del XIX donde todo iba más despacio, una simple caricia era algo importantísimo y tenían un aire de cuento de hadas. En los doramas, la gracia está en cómo se desarrolla la relación de los protagonistas hasta que llegan al clímax del primer beso (normalmente en el último episodio o así), en cambio en las series españolas es probable que ya se estén acostando en el segundo episodio…
Otro elemento añadido es que siempre son una fuente adicional para conocer más del país nipón, aunque obviamente no te puedes tomar las cosas al pie de la letra. Y desde luego saben cómo tocarte la fibra sensible. Yo nunca he sido de llorar con las películas, pero hay doramas con los que acabo como una magdalena XD.
Es cierto que en el apartado técnico son bastante deficientes ( para mi gusto, especialmente en el sonido), aunque hay alguno que te sorprende, como Ryoma-den :D.
Un saludo y gracias por estas entradas tan interesantes :). Me estoy leyendo tu blog de cabo a rabo.
¡Perfecto apunte para la entrada!Tomo nota también de algunos doramas que propones. Vi en su momento ( y me encantaron) Zettai Kareshi y My boss my hero, pero no conozco los otros dos que nombras.
Totalmente de acuerdo contigo. No se pueden tomar al pie de la letra desde luego, pero sí que transmiten bastante bien lo que es la sociedad japonesa, de la misma forma que las series españolas transmiten cual es la verdadera realidad de nuestro país…
Muchas gracias a tí por leer mi blog y tomarte tanto tiempo para redactar un comentario tan interesante.
¡Saludos!
Sobre los otros doramas que te comenté, pues Sushi Oji va de un chico que quiere convertirse en un súper maestro del Sushi utilizando unas técnicas más propias de un maestro de artes marciales. Es una comedia, vi los primeros episodios y aún no la he terminado.
Sobre la de Ryoma-den, es histórica y está ambientada en el Japón del siglo XIX, justo cuando llegan los extranjeros y el país se ve inmerso en una serie de cambios vertiginosos. Se habla del Joui, de la situación de clases que existía en Japón o de la opinión que tenían los japoneses sobre el exterior (sobre si debía abrirse o volverse a cerrar). Es muy interesante y completamente realista, y en comparación con otras series, está bastante bien hecha. Me queda por ver la última temporada. Me parece que está basada en un personaje real, o cuanto menos salen personajes históricos reales. Me está gustando mucho porque «enlaza» con unos libros que me leí hace tiempo sobre el tema (El honor del samurái y Puente de otoño de Takashi Matsuoka) y me parecieron dos obras fantásticas. Se habla mucho de Murakami ahora (y mi pregunta es un tanto extraña), ¿pero Takashi Matsuoka es conocido en Japón? Sé que aquí, en España, desgraciadamente no mucho XD.
Gracias a ti por el blog, creo que es muy interesante :).
Saludos n_n.
Gracias otra vez por tu comentario tan completo 🙂
me atrae especialmente la de Ryoma-Den, un día de estos nos la ponemos ^^
pues no creo que Takashi Matsuoka sea muy conocido en Japón, porque no tiene entrada en Japonés en la wikipedia, cosa que me parece bastante sospechosa… Le he preguntado a mi mujer y tampoco lo conoce.
saludos!
Creo que la respuesta al título es que nos gusta la fantasía. Sí, los doramas a nuestro entender cultural son completamente fantaseosos, por lo que nos parece como estar viendo una película de ficción en la que los protagonistas casi siempre saldrán bien parados, habrá secuencias demencialmente cómicas e irreales y todo tendrá un final de ensueño, blablabla.
Las series españolas por contra tratan de recrear el panorama de nuestra sociedad de manera exagerada, es decir; drogas, sexo, alcohol, homosexualidad, blablabla.
Por lo que al tener una cultura completamente opuesta a la nuestra los intereses y preocupaciones que cuestionan las series son completamente opuestos. Me gustan los doramas porque son completamente inocentes, irreales, estúpidos y despreocupados. Me gustaría vivir en una sociedad más inocente, honorable e ingenua y menos en una sociedad podrida hasta la médula de corrupción y depravación.
Jeje, has dado en la clave 🙂
Quizás a día de hoy, mi visión sea un poco menos romántica, porque tras vivir aquí ya casi tres años en total te das cuenta que esta sociedad no es tan honorable y a veces el hecho de que se escondan de los problemas y no muestren la realidad conforme es molesta un poco. Pese a todo, para ficción, funciona muy bien como producto evasivo…